¿En qué consiste?
La terapia infantil o psicoterapia infantil es la rama de la psicología que tiene como finalidad que los niños obtengan un equilibrio emocional, físico y psicológico, lo que conlleva a una mejora en la calidad de vida. La psicoterapia mezcla recursos existentes en el niño y desarrolla habilidades favoreciendo su interacción familiar y social.
Motivos para acudir a Terapia
A diferencia de la terapia para adultos, los niños no acceden con facilidad a sus emociones con palabras, es por ello que se utilizan técnicas vivenciales como la terapia de juego y la interpretación de dibujos. Herramientas que permiten al niño comunicar de forma verbal y no verbal sus problemas, sentimientos y emociones. Le facilita crear autonomía, mitiga los estereotipos, favoreciendo la sensación de pertenencia a grupos de iguales e integración en un mundo de obligaciones y deberes, considerando la etapa escolar como parte significativa del infante.
Es importante observar las conductas de los niños y aprender a identificar aquellas que son parte de su personalidad como ser extrovertidos, comunicativos, sociales, impacientes, dinámicos, o reservados, reflexivos, temerosos, conciliadores y aquellas que son producto de experiencias negativas tales como el acoso escolar (bullying), abuso físico o sexual, abandono de uno de los padres, o la separación de estos, el nacimiento de un hermano, timidez en grados patológicos; de este modo podremos identificar los cambios de conducta propios de la edad y por otro lado estar al pendiente de las alteraciones psicosomáticas que pueden hacerse presentes tras eventualidades dañinas para el menor.
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Beneficios de una Terapia Infantil
¿Qué puedo esperar de este tratamiento?
La psicoterapia infantil favorece en encontrar variables observables y medibles de la conducta del niño, mejorar la atención y los problemas de retención de la memoria y aprendizaje. Tomar un camino potencial para la fortaleza en los niños, mitigar el impacto de traumas físicos derivados de accidentes, desarrollar habilidades de autorregulación y resolución de problemas, reducción de los sentimientos de aislamiento, estimula la relación paterno-filial desarrollando vínculos clave para una relación positiva con los padres.